Desde que hace unos años visité por primera vez el Barranco de Tamadaya y descubrí este precioso rincón de Arico, me quedó el deseo de continuar visitándolo y de conocer y descubrir viejos senderos empedrados, llenos de historia por los que antaño circulaban personas y bestias y que configuraban una extensa red que comunicaban unos pueblos con otros o bien permitían el trasiego de las incontables tierras de labor con las que cuenta este extenso municipio sureño.
2 comentarios:
Hola Jose
Seguro que cuando empezastes el recorrido, tuvistes problemas en las huertas que hay justo después de las casas. El camino viejo, que yo recuerde porque hace años que no voy, pasaba horizontalmente junto a un muro de tosca y frente a la "Y" del barranco bajaba en zig zag, este pequeño tramo sí estaba visible.
La Pena de Tamadaya es que la pista de las galerías ha estropeado mucho el camino del fondo del barranco. Yo me suelo dar la vuelta en la galería que hay un poco más arriba del lugar por el que ustedes bajaron al fondo. Tamadaya es un lugar muy especial.
Carlos
Algún problemita sí que tuvimos, ¿verdad José? ¿Y Mabel y los otros? que vinieron enseñando pantorrillas y terminaron rayados como un disco viejo o como si hubieran pasado por las patas de mil gatos endemoniados. Pero valió la pena. Total por un par de arañazos de zarzales... Fue mi primera vez en Tamadaya y espero que no la última. Falta investigar un tramo menos "aventurero" y menos tupido de vegetación.
Maryse
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